Esta no es la bienvenida que quería escribir. Estoy aquí, sentada en el carro, de noche, en medio del estacionamiento de una farmacia, viendo la lluvia caer e intentando escribir. Miro a través del parabrisas y aún todo es confuso y surreal. No estoy aquí matando el tiempo en lo que realizo cualquier otra gestión. Estoy aquí porque después del paso de María y que el huracán arrasara con nuestro sistema de energía eléctrica, con el de comunicaciones y con cuanta cosa encontrara a su paso es donde único tengo buena señal para poder comunicarme.
Nada ni nadie pudo prepararnos para lo que hemos vivido. Y en el caso de mi familia, el dolor tocó a nuestra puerta empezando con el paso del huracán Irma. En estos dos meses hemos tenido pérdidas, como todos. Pero desafortunadamente tuvimos pérdidas irremplazables. Mi querida tía, titi Ada, se nos fué en un abrir y cerrar de ojos durante el paso de Irma. Me tocó, en cuestión de segundos, darle la noticia a mami, verla con el corazón roto y hacer lo que único se puede hacer cuando se sabe que no hay palabras para aliviar el dolor. Abrazar y sostener mientras se llora. En el caos que reinó y los malabares que hubo tuvimos que hacer para poder darle sepultura, realmente ni tiempo de un verdadero adiós hubo. A penas nos dio tiempo de llorar su muerte y se comenzaba a anunciar la amenaza que representaba María. Mis pobres primos aún sin luz ni agua desde Irma, aprovecharon a darse un baño en casa luego del entierro, mi titi Adela como siempre cocinó para el familión y compartimos todos juntos, como sardinas en lata y como en los mejores tiempos, el en la pequeña casa de mami. Sólo que esta vez no era una reunión y un compartir alegre.
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Como es natural, la vida sigue su curso, sólo que mucho más complicada de lo que suele ser. En medio del caos que ha reinado, Gala, la perrita de mi hermano y quien era una de las consentidas de la familia, siguió deteriorando al punto en que mi hermano se vio en la posición de tener que tomar la tan temida decisión de ponerla a dormir. Casi 15 años de compañía. Al recibir el texto de mi hermano, sentí una tristeza inmensa y lloré. Lloré por Gala y lloré por mi hermano y lo doloroso de tener que decir adiós, en esas circunstancias y para colmo, que por las circunstancias, le tocara estar solo.
Lo que ni imaginaba es que dos semanas más tarde, me tocaría a mi despedirme de uno de mis bebés de cuatro patas. De quien me acompañó por 15 años, en los momentos más tristes y en los más alegres. Me tocó cargar en brazos mientras su cuerpecito se apagaba. No hubo tiempo de nada. No había a dónde acudir. Y así, en el medio de la noche, y un mar de lágrimas mientras lo abrazaba, me tocó decir adiós. Y por supuesto, la misión que acompañaba el suceso. A la mañana siguiente buscar cómo disponer de su cuerpecito.
Y es que en estas semanas las cosas más cotidianas y básicas, pueden resultar un esfuerzo maratónico, como lo fue lograr darle sepultura a a mi tía tras el paso de Irma con las comunicaciones ya fallando y un cementerio en unas condiciones de abandono extremo que ni nos permitían acercarnos a identificar dónde exactamente estaba la tumba donde deseábamos sepultar su cuerpo.
No ha habido tiempo de procesar nada, y es que en estas semanas es casi un lujo darse el permiso de sentir, porque hay mil cosas que hacer, resolver y a las que darle pecho.
Imaginaba presentarles Bellisima oficialmente y con toda la alegría del mundo, con un party de lanzamiento y con bombos y platillos, como decimos en mi pueblo. Y ese momento llegará. Tardará un poco más pero créanme, que después de pasar la seca y la meca, llegará el momento en que celebremos porque LLEGA!!!
Bellísima tiene una larga historia. Dos años de aventuras, locura, viajes, aprendizaje. De sacrificios que son hasta difíciles de escribir. Tal vez Bellisima cuenta mejor que nadie y que nada la historia de quién soy y cómo pienso. Bellísima es el resultado de ideas, estudio, de buscar cómo hacer las cosas que quiero sí o sí. De detestar no poder hacer algo que quiero porque algo me lo impida.
De precisamente cerrar la brecha y hacer lo mejor que puedo para sacar del medio de aquello que entorpece mi camino. De obstinación. De positivismo empedernido y muy probablemente al borde de resultar delirante. De decidir que como el costo del desarrollo era astronómico y no tenía los recursos, intentar aprender a programar yo misma hasta sacar algo cercano a lo que quería. De acabar en una misión de autoaprendizaje en la que acabé sacando no algo cercano, sino algo que supera lo que quería que un equipo de profesionales me desarrollara y por mucho. De aprender de manejo de redes sociales y creación de contenido hasta lograr que mis resultados me colocaran dando una conferencia como parte del panel de expertos del Instituto Empresarial Para La Mujer, que es un centro SBA y que mi experiencia pudiera servir de ayuda a otros emprendedores.
De conseguir la aprobación de Facebook para Bellisima en su programa para creadores de contenido. De, tras muchas madrugadas tratando de editar código y entender cómo lograr pasar la prueba para la aprobación, superar con éxito esa prueba y ser, junto a uno de los medios principales del país, parte del selecto grupo aceptado por Facebook. De lograr dominar el complejo idioma para poder manejar mi cuenta en la plataforma de Facebook para developers! De conseguir un excelente mentor en Silicon Valley que ha caminado a mi lado sin quitarse ni desanimarse durante estos dos largos años, y quien precisamente hoy, me envió un mensaje y que sin él saberlo, resultó el último empujón para que decidiera que, contra viento y marea aquí vamos.
No, no es la bienvenida que quería ni imaginé escribiría. Pero es la que puedo escribir ahora mismo. Y como mi mentor se ha encargado de machacar en mi cabeza, “do what you can with what you have. Be resourceful” y “better done than perfect” . Así que hoy, contra viento y marea, nace oficialmente Bellisima. Habrá quien dirá que probablemente es de locos, en estas circunstancias, en este momento, pero para empezar nunca he dicho que estoy cuerda y para seguir, creo que a veces en los momentos más oscuros nacen y se hacen las mejores oportunidades.
Bellisima es y será nuestro espacio, el que diseñé para compartir todas las cosas que nos gustan, en nuestro idioma y con algo de contenido en inglés, porque tengo mucha gente que me sigue que no habla español. Bellisima NO es un blog, aunque incluirá uno. Bellisima es una plataforma de contenido variado y multimedia (de eso les contaré un poco más adelante). Es un espacio alegre (aunque tal vez ahora mismo Miss chispa y Miss alegría estén temporeramente machucadas) y donde por regla general puedes venir cualquier día a escapar de las malas noticias, del toma y dame, de lo pesado y abrumador que tanto abunda en los medios allá afuera, en el ciberespacio y si, en las redes sociales.
Por las próximas semanas, y ante lo que estamos viviendo, parte del enfoque y contenido será relevante a la realidad que estamos viviendo. Construí Bellisima, y resulta que construí una plataforma a través de la cual, en este momento, puedo llevar noticias, inquietudes e información que encuentre pertinente o importante y que nos pueda ayudar en el loco día a día que nos ha tocado vivir. Por eso en gran parte decidí no esperar y comenzar a publicar ya. En algún momento nos tocará pasar la página, y dejar este oscuro período en nuestros recuerdos y en los libros de historia, y entonces sí celebraré y nuestro contenido se moverá para ir 100% a tono con el espíritu que quiero crear para esta comunidad virtual.
Contra viento y marea,saliendo de un catarro que me ha tumbado, a duras penas pudiéndome parar hoy de nuevo, con toda la incertidumbre y solo la certeza de cuán incierto es todo y con la fé y la esperanza de que esté creando taller para mí y para otros en un momento tan crítico, nos fuimos.
May The Force Be With Us. Acompáñame en esta aventura y suscríbete dejando tu email en el opt in form que te aparecerá abajo.